domingo, 12 de abril de 2009

Impresiones

Saberse libre.
La cabeza que no para de girar para entender las acciones de los demás. La vida es tan simple y tan complicada.
Hacemos cosas sin mucho sentido por destacar en una competencia absurda por no permanecer en el olvido de los demás. Es como si un fideo quisiera sobresalir en una sopa, pidiendo que lo elijas, que él sea quien vaya a su boca para ser devorado. Queremos que nos devore la fama. Es triste.
Pero, definitivamente lo mas triste de todo es que todo esto no nos lleva a ningún lado. Los que permanecen en la memoria de la historia no tuvieron nunca esa intención. Solo hicieron cosas genuinas que el resto reconocimos. No buscaron éxito sino su propio camino, y esto los llevo a ser lo que fueron, son y serán.
Es una lastima, y aveces da pena, ver gente pidiendo reconocimiento y cariño como una limosna. Da vergüenza ajena mirarlos caminar, correr, trepar, pisar sin pararse a observar su propia carrera por la nada. Solo buscan felicidad en ese absurdo acto.
Yo pienso en ello y siempre me pregunto: ¿a donde va? ¿que los motiva? ¿el dinero? ¿el ego:ismo? ¿la soledad de saberse vacíos y querer llenar ese hueco con algo tan efímero?
Me emociona ver gente haciendo sin decir. Caminando un largo y duro camino en busca de sus sueños. Saltando al vacio en busca de una sensación.
Todo esto que escribí es muy raro, pero son ideas sueltas que se me asoman en mi cabeza y me permiten ¨seguir siendo¨ como diría Cafe Tacvba.

miércoles, 1 de abril de 2009

Los Bien Nacidos

El aire cambia de rumbo, y allí nos sentimos hijos del viento. Solos, apoderándonos del mundo hasta que nuestros sentidos explotan de tanta emoción.
Somos nosotros, aquellos a quien le gusta deambular, dar vuelta por cualquier lugar desconocido para encontrar una historia, una experiencia que le modifique la vida. Para siempre, nunca volveremos atrás, siempre miraremos para adelante...
La vida gira como un carrusel y queremos obtener la sortija en cada vuelta, pero la paciencia aveces le gana al apuro, para dejarnos entender, mas tarde, la posibilidad de perder y de ganar. La vida es injusta para todos. Nadie elige nada a la hora de nacer, pero después de ese primer momento hay que jugarse todo a conocer hasta los últimos peldaños de la escalera mas alta del mundo.
Somos nosotros...
los hijos del viento...