Perdiendo Humanidad

Competidores de su propia desgracias agraciada, ellos van. En una carrera infinita por el éxito. Éxtasioso éxito de la nada. Creadores de la mas trágica comedia. Ellos van.
Se miran, se adulan, se reflejan entre ellos como si fueran espejos de ellos mismos. Quieren lo que no tienen, no quieren lo que tienen. Se asemejan a las langostas, comen del trigo amargo, viejo y amarillo. Deboran las sobras del MacPato que se les cae entre los dedos a los que son dueños y amos del mundo. Pero ellos van.
Como un ejercito de idiotas, ellos van. Van perdiendo todo tipo de rasgo humano, todo tipo de sensibilidad, todo tipo de afecto.
Llegan a casa, solos, prenden la tele, se duermen, se levantan... pero siempre... ellos van.

El Principio del Fin

Cargan el arma. Se miran íntimamente. Casi como amantes de la misma vida.
Los separa una brisa densa. Sus narices, casi siamesas, se rozan. Esta todo preparado. La orden a punto de pronunciarse. En un momento el pánico se apoderara, por un micro segundo, de sus vidas. Sudan, jeden, pestañean. Los nervios, ahora son, como los latidos de sus corazones: especies en extinción.
Por fin alguien grita. Cogen las armas y se disparan. Cada uno a su propia sien, y en ese devenir de la caída una sonrisa se apodera de sus propias muertes.
En la lapida quedara para siempre, el día y la hora de su deceso. Pero nadie comprenderá, la nobleza de sus actos.