martes, 19 de febrero de 2008

La vecina

¨Se acerca, lo presiento¨ dijo la vecina del 2do. cuando escucho cerrarse la puerta con tal fuerza que podria haber escuchado un sordo semejante estruendo. Ella creia que aquel ruido era el preludio del final del comienzo de su nueva vida.
Miedosa, dubitativa, ansiosa, se escondio por entre todos los recobecos que conocia de memoria después de tantas huidas de esas manos que eran amor y odio en un mismo puño.
De pronto encontro la puerta del armario. Temblando entro y allí se quedo. Por siempre. Para siempre.
Esa misma tarde, después de la tormenta de viento, un niño nació.

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