viernes, 26 de marzo de 2010

34 años...

... de golpe han pasado. De golpe a golpe. De la dictadura física a la dictadura mental.
He tenido la suerte de de no haber vivido directamente aquella represión. Violenta, sanguinaria, ilógica, irracional.
Soy de la primera generación de la democracia. Nací en el 77, pero mi conciencia se crió en democracia, con el miedo inculcado por pasado tan cercano y horroroso. Tengo amigos, familiares, médicos, conocidos que lo vivieron, y que lo viven, de un lado o del otro. De cualquier bando sin quererlo o queriéndolo.
Pasamos a ser carne de cañon de la nueva dictadura, la democrática. Donde la lucha y la persecución no es tan violenta ni personal, pero si mucho mas sublime y perfecta. Estamos atados de pie y de manos. No nos podemos mover. Todo esta controlado. Nadie nos ampara. Nacimos así, jodidos. Realmente jodidos, mucho mas jodidos que aquellos a los que persiguieron, pero tenian, y podian tener, la posibilidad de cambiar algo de su presente. De la historia.
Ahora nos quejamos en cadenas de letras en un espacio infinito que pertenece a todos y a ninguno. Podemos caminar por la calle con tranquilidad, pero interiormente intranquilos de sentirnos vigilados por todos. El gran circo del panóptico esta llegando a ser casi un estado perfecto.
Nos queremos defender pero no podemos. ¿Por que no podemos? Porque no sabemos quien nos ataca. De quien vas a defenderte sino le ves la cara.Es como una pelea de ciegos pero sin perro ni bastón. Tiramos golpes al aire intentado darle a alguien o a algo. Es una pelea siniestra donde ocupamos roles para ganar un pedazo de papel pintado que nos dará la libertad.
Los que se oponen a todo esto son peligrosos. Terroristas, comunistas, idealistas, locos de remate. Pero donde queda la igualdad de la democracia? ese estado perfecto de igualdad de posibilidades?
Alguien tiene la respuesta? Por favor mandarme un mail... ja ja ja

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy fino...
siempre es reconfortante saber que seguimos planteandonos nuestra existencia personal y global. Lo importante no es mantenerse vivo, es mantenerse humano, consciente de aun creernos separados por màquinas, paredes, horarios, nacionalidades o clases, todos necesitamos de todos y nos reafirmamos sólo en el hecho de sentirnos otro ingrediente de la pizza.
Sin tanta elegancia como usted, le animo a seguir escribiendo a lo que a veces pueda parecer la NADA, más lejos de la realidad.
Saludos Pablín.