jueves, 30 de octubre de 2008

Busqueda


Me levanto despacio, muy despacio para que el cambio de posición de mi cuerpo no logre desestabilizar mi frágil estabilidad.
Miro y observo todo a mi alrededor. No logro distinguir los bordes de las cosas, esas fronteras invisibles que componen la nitidez de una mirada.
Creo que todo se pondrá en su sitio y que la sombra de aquellos rasgos vuelvan a mi y así encontrar la imagen perfecta.

Todo se acomoda porque tengo mi visión entera, trato de distraerla con luces de colores pero la triste realidad perturba mi alma. Es difícil saberse en ningún lado. Por otro lado: alucinante.

Comienzo a caminar como un peregrino en busca de la imagen mas nítida que me entregue la vida. Sigo la marcha con el objetivo claro de que: ¨tengo que encontrarme conmigo, en el tiempo, en el espacio, en el ahora¨.
El paso es incesante, cansador, extenuante. Pero en aquellos rasgos que dejan entrever la posibilidad de un futuro propio veo el fondo de mi ser.

En el Mañana no habrá Hoy. Y en el Hoy no habrá Mañana.
Solo existirá el momento que deje mi vida en manos del viento.