sábado, 4 de octubre de 2008

Tormenta...


Tempestad, Finitud.

Todo cambia cuando el viento se lleva los recuerdos, los deja a un costado fuera de nuestro alcance, en un espacio atemporal, un lugar impropio, destruido, sucio.

Aveces, esa tormenta, te revuelca, te lanza, te oprime, te quita las cascaritas de las heridas para que vuelvas a sufrir, a dejar de percibir esos recuerdos que te mantenían a salvo. Cuando la realidad se convierte en algo inentendible, difícil, denso, abrumador. Entonces esperas salvar lo poco que queda, pero un duro revés te da vuelta la cara. Igual que la primera vez, cuando te hizo daño, cuando entendiste que todo comenzaba a transformarse en un sinrazón.

Me despierto de este sueño y pienso...

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